René Cervera
En este primer ejercicio provocamos que el proyecto enviado por el jefe de Gobierno fuera mejorado y, sobre todo, construimos un espacio de encuentro para imaginar nuevamente la ciudad y retomar la agenda extraviada. La Asamblea Constituyente se convirtió en un laboratorio para proponer nuevos caminos a la Ciudad de México. Este ejercicio no debe parar, por el contrario, debemos considerarlo como el principio de un gran, dinámico e incluyente experimento social.