Ramiro Tovar
Jano fue una de las más antiguas deidades romanas. Representado con dos rostros dirigidos a lados opuestos, se consideraba la personificación del pasado y del futuro, del principio y del fin, de la entrada y de la salida, de lo que abre y de lo que cierra. Su representación dual y con direcciones opuestas es una metáfora idónea de lo que fue la Reforma en Telecomunicaciones y Radiodifusión.